Iluminación Sustentable

Crear un espacio acogedor y funcional

Aprovecha la luz natural: Abre cortinas y persianas durante el día para permitir la entrada de luz natural en tus espacios. Ubica los muebles y elementos decorativos de manera que no obstruyan la luz y utiliza colores claros en las paredes para reflejar mejor la luz.

Utiliza luces LED: Reemplaza las bombillas tradicionales por luces LED de bajo consumo. Las luces LED consumen hasta un 80% menos de energía y tienen una vida útil más larga, lo que reduce el impacto ambiental y los costos de electricidad.

Instala reguladores de intensidad: Los reguladores de intensidad te permiten ajustar la cantidad de luz según tus necesidades. Puedes reducir la intensidad para crear un ambiente más acogedor y ahorrar energía cuando no se requiere una iluminación completa.

Apaga las luces cuando no las necesites: Fomenta el hábito de apagar las luces al salir de una habitación. También puedes considerar la instalación de sensores de movimiento en áreas de poco tráfico para que las luces se enciendan automáticamente cuando alguien ingrese y se apaguen cuando no haya actividad.

Iluminación zonificada: Utiliza lámparas y luces direccionales para crear zonas de iluminación específicas en tu hogar. Esto te permite iluminar solo las áreas que necesitas, en lugar de iluminar todo el espacio, lo que ayuda a ahorrar energía y crear ambientes más íntimos.

Mantén limpias las luminarias: La acumulación de polvo y suciedad en las luminarias puede reducir la eficiencia de la luz. Limpia regularmente las bombillas y las luminarias para asegurarte de que estén en óptimas condiciones y brinden la máxima iluminación.

Utiliza luz cálida: Prefiere las bombillas con tonos de luz cálida en áreas de descanso, como el dormitorio o la sala de estar. Estas luces crean una atmósfera más relajante y acogedora.

Para crear una atmósfera cálida y acogedora, se recomienda utilizar tonos de luz cálida. Estos tonos suelen tener una temperatura de color más baja, que oscila entre los 2000K y 3000K en la escala de temperatura de color Kelvin.

Blanco cálido: Alrededor de 2700K en la escala Kelvin, este tono crea una iluminación suave y agradable, similar a la luz de una vela.

Amarillo suave: Alrededor de 2200K en la escala Kelvin, este tono emite una luz más amarilla y tenue, creando una sensación de intimidad y calidez.

Ámbar: Este tono tiene una temperatura de color aún más baja, alrededor de 2000K, y produce una luz dorada y suave que evoca una atmósfera cálida y relajante.

Estos tonos de luz cálida son ideales para áreas de descanso, como el dormitorio, la sala de estar, el comedor o cualquier espacio donde desees crear un ambiente acogedor. Recuerda que la elección del tono de luz también dependerá de tus preferencias personales y el estilo general de tu hogar.

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